La semilla de un pino germinó en una grieta de una roca, y el frío y el viento de la montaña se encargaron de darle forma, como un cuidador de bonsáis.
Justo al lado de este "arbolito" hay un majestuoso pino, más grande que el resto de árboles de alrededor, y con formas atormentadas. Quizás sea su padre.
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