Ayer fui a hacer fotos a Girona con miembros del grupo SonyAlpha. Ya había estado años atrás, antes de mi afición por la fotografía, y esta vez regresé armado con mi cámara.
La verdad es que la ciudad me encantó, sobre todo la parte vieja, con multitud de rincones y detalles escondidos, y también por los puentes que unen la ciudad sobre el río Onyar, con un constante fluir de vida de un lado a otro.
Creo que algo me unió a Girona, y me hará volver.
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