Alambre

El hombre siempre delimitando territorios. Ese fino alambre es como un sólido muro que marca la separación de un campo de un camino. No se te ocurra pasar.

Un año fotoblogueando

Hoy se cumple un año desde que inicié esta aventura de exponer diariamente mis fotos en un fotoblog. Ha sido una aventura gratificante, y los resultados me animan a seguir en esta línea, ya que considero que el fotoblog es una manera elegante de exponer las fotos al público, te permite expresar ideas y pensamientos, y establece un vínculo de comunicación entre quien expone y quien observa. En este tiempo también me he convertido en seguidor de otros blogs, tanto fotográficos como de otras temáticas.

El fotoblog me ha permitido constatar que el "mundo blog" no está muerto o en declive, como muchos aventuraron, sino que está bien vivo y en continuo progreso. Y también he podido comprobar que las redes sociales no son excluyentes sino complementarias, y que son buenas plataformas de promoción del fotoblog, tanto para comunicar las actualizaciones como para llamar la atención de nuevos visitantes. Estas estadísticas de uso sólo reflejan la actividad de la web propiamente dicha. No incluyen los 58 blogueros suscritos directamente a SantiMB Photos ni los otros muchos que reciben actualizaciones por RSS, ni tampoco los comentarios recibidos en muchas de las entradas publicadas en el blog.

Espero seguir en esta línea todo el tiempo que sea necesario, y el que vosotros, los "visitantes" (¡qué extraño suena!), me permitáis.

La encina colgante

Cuenta una antigua leyenda que una gitana se precipitó por el barranco, y salvó la vida porque la virgen hizo brotar una carrasca (encina) que detuvo su caída.

Asombro

A pesar del poco tiempo que estuve en Saint Rémy, pude comprobar que este lugar está lleno de rincones asombrosos. En la parte vieja de la ciudad parece no haber pasado el tiempo desde que un joven Nostradamus recorriera sus callejones sin saber en quién se convertiría.

El borde del camino

Siempre marcándonos por dónde tenemos que ir, recordándonos nuestros límites. Si traspasamos la línea corremos el riesgo de perdernos... pero también podemos encontrarnos con cosas que no estaban en el camino, y que quizás haya que conocer.

Descanso

El ver una "mobylette" en la actualizad me evoca imágenes de los 70, sobre todo en el mundo rural, en que la gente las usaba para desplazarse. También fueron los tiempos de los motocarros. Ahora esas imágenes descansan en el recuerdo.

Viento

No siempre está dispuesta a dejarse fotografiar. Es inconstante, como el viento.

Souvenir d'été

Un recuerdo de Provenza, uno de entre los muchos que me obsequió esta semana fantástica que pasé este verano en aquellas tierras. Una semana en la que pude hacer las tres cosas que más me gustan: conducir, conocer sitios nuevos y hacer fotos.

Lleváis 3 meses viendo cada día instantes de esa semana, y en estos momentos estoy publicando los del principio del tercer día. Quedan aún muchas cosas que ver, muchos paisajes por disfrutar, muchos rincones por descubrir.

Mirada compleja

Sin duda las arañas son feas, o a mí me lo parecen. Pero cuando te acercas lo suficiente para verlas cara a cara, te das cuenta de que, además, son horripilantes.

Ésta se encontraba reposando tranquilamente en una pared de la casa del ermitaño del santuario de la Virgen de la Peña. Me estuvo contemplando pacientemente con sus múltiples pares de ojos mientras buscaba en mi bolsa la lente de aproximación. Supongo que debió verse guapa en el reflejo de la lente, porque no huyó despavorida.

Autres directions

Porque no siempre hay que hacer lo que te dicen los demás. Porque no siempre tienes que ir a donde va todo el mundo. Porque tienes que ser tú.

Fluido

El agua baja atolondrada. No tiene tiempo para establecer una relación con las hojas o con las piedras. Ni siquiera se detiene a saludar. Hay prisa por llegar abajo, quién sabe para qué.

Mireille

Se cuenta que Charles Gounod compuso su ópera "Mireille" cuando estuvo alojado en este hotel en 1863. Quién sabe si recibió la inspiración de alguna huésped.

Fuera

Santa Llúcia es una ermita románica cerca de Paüls de Flamisell, en el Pallars Jussà, Lleida. Está bastante escondida, al pie de un prado al que se llega por un camino abandonado. De hecho la documentación que corre por Internet sobre esta ermita afirma que está abandonada, pero la puerta está abierta y el interior está bastante cuidado, con bancos para los feligreses y un retablo barroco en el altar.

Se supone que la gente acude a las iglesias en busca del paraíso, pero en ésta en concreto el paraíso está fuera.

Divina luz

Por pocos rincones se cuela la luz en el interior de la iglesia de San Martín de Saint-Remy-de-Provence. Sólo lo hace por el sitio justo.

Las vistas

Hace unos días publiqué "La postal", y cómo no, hoy toca el turno a la vista panorámica desde el mirador del santuario, quizás una de las más bellas del Alto Aragón.

Devoto

Resulta chocante el contraste de luz en la iglesia de Saint Martin, en Saint-Rémy-de-Provence. Reconstruida en siglo XIX después de un derrumbe, por fuera es enorme, de color muy claro, mientras que dentro reina la oscuridad. Quizás esta oscuridad ayuda a los más devotos a encontrar la luz.

Sin humos

Y en silencio, sin romper el encanto del otoño en un hayedo después de la lluvia.

Le vieux pont

Los dos extremos del puente colgante de Mirabeau que fue destruido definitivamente en un bombardeo de la 1ª Guerra Mundial.

Este lugar fue un paso estratégico incluso en la baja Edad Media, cuando se cruzaba el río Durance por medio de una barca unida a las dos orillas por una cuerda. Había que pagar un peaje por cruzar, y era tan rentable que el puente se reconstruyó y remodeló las veces que fuera necesario.

La reconstrucción a la que pertenecen estos pilares costó 210.000 francos, y el peaje rendía 28.000 francos al año. Un buen negocio. Ahora cruzar el río es gratis.

Recuerdo de primavera

El tiempo pasa volando. No es que se acelere, sino que los acelerados somos nosotros, que hacemos tantas cosas que el tiempo no nos cunde. Y aún estoy subiendo fotos de la soleada y colorida primavera pasada, en un gris y lluvioso día de otoño.

El desfiladero de Canteperdrix

Un paraje que no deja indiferente al que pasa por ahí. El río Durance, que nace en los Alpes y desemboca en el Ródano, la capilla de Santa Magdalena en lo alto de una roca a orillas del río, y los pilares de uno de los puentes de Mirabeau atravesados por el puente más nuevo de ellos. Y digo varios puentes porque a parte de su homónimo en París, este puente ha sido destruido 6 veces desde el siglo XV, las 4 primeras por riadas y las 2 últimas por las guerras mundiales. Los pilares, hoy monumento histórico nacional de Francia, corresponden a la "versión" construida en 1835, destruida en 1843, reconstruida en 1845 y destruida definitivamente en un bombardeo de la 1ª Guerra Mundial. El actual es de 1987. A ver lo que dura.

La postal

O le podríamos llamar "contrapostal", porque lo más normal es encontrar postales del santuario visto desde abajo, desde el pueblo de Aniés. Así lo podemos ver desde el mirador de la casa del ermitaño.

La Rotonde

De camino a Sault nos llamó la atención esta torre que coronaba el pueblecito de Simiane-la-Rotonde, visible desde bien lejos. No tenía ni idea de que tendría que pasar a su lado, después de serpentear por calles estrechas del pueblo. A la vuelta decidimos parar para verla de cerca.

Por otro lado, es impresionante lo azul que es el cielo provenzal.

Color

Incluso desnudas de pétalos y hojas, las rosas silvestres siempre dan color. Y parece que éste se intensifica con el agua de lluvia.

Entre luces y sombras

Viejas puertas que aún reclaman su protagonismo a pesar del paso del tiempo.

Santa Luz

Por un olvidado camino se llega a esta escondida ermita del siglo XI en honor a Santa Lucía. Los cables de alta tensión, de la luz, crean un curioso contraste con la ermita románica de esta santa, patrona de los electricistas, y cuyo nombre significa "la que porta la luz".

Heterogéneo

Una pared llena de aberturas dispares. La belleza de lo diferente, de lo diverso.

Oscuridad rota

Huele a cerrado, y a silencio. Sólo se oyen los pasos y murmullos de otras personas que suben y bajan por la escalera.

Salon de thé

Llevábamos todo el día pateando, sedientos bajo un sol de justicia, y aquí estaba la salvación.

Rendidos

Son tan activos los cachorros de gato que caen rendidos después de su rato de juegos. Y les da igual dónde y cómo descansar.

Luz de sodio

Rompiendo el azul del momento crepuscular con ese amarillo que la caracteriza. Azul y amarillo, dos colores antagónicos.

Dando gracias a la lluvia

El agua da vida. La necesitamos.

Allí

Nos sentimos grandes cuando observamos las cosas desde un punto de vista elevado. Todo está al alcance de un dedo.

L'estiuet de Sant Martí

San Martín de Tours fue un militar romano que se convirtió al cristianismo a mediados del siglo IV, mientras servía en la Galia. Fue enterrado un 11 de noviembre, y durante la Edad Media fue un santo muy venerado por los franceses. Tanto es así que introdujeron su culto en Catalunya durante la conquista franca, y fue el santo con más capillas y parroquias dedicadas. Hoy en día aún hay una treintena de municipios que lo tienen como patrón, así como un barrio de Barcelona.

Cuenta la leyenda catalana que un día muy frío, Martín dió su capa a un pobre en nombre de Jesucristo, y al pronunciar su nombre se formó un gran arcoiris (arc de Sant Martí en catalán) que fundió la nieve y quitó el frío al vagabundo. Por eso a los días de bonanza de primeros de noviembre (cuando se festeja San Martín) se le llama el "veranillo de San Martín" (estiuet en catalán).

La capa milagrosa se guardó como reliquia. El sacerdote encargado de custodiar esta reliquia (cappella o capa corta) era el "cappellanus". Este término dió origen al cantar "a capela" por el oratorio donde se conservaba la capa, y también a la palabra "capellán" para designar a un sacerdote militar (en catalán sacerdote es capellà).

Calle abajo

Todos los pueblos en alto tienen empinadas calles. Y no se sabe por qué razón, éstas se empinan más cuanto más sol y calor hace, sobre todo cuando tienes que desandarlas.

Ni blasfemar ni bailar

Siempre con las prohibiciones. Vale, blasfemar aún, pero bailar... ¿qué daño puede hacer?

La foto corresponde a la escalera que sube a los diferentes comedores de la casa del ermitaño del santuario de la Virgen de la Peña en Aniés, Huesca.

Dos orillas

Estas dos fotos nunca se pensaron para ser unidas. La lluvia nos acompañó todo el camino hasta el pantano, pero dentro del bosque pocas gotas llegaban a la cámara. Al salir de él tuve que guardar la cámara por precaución. Al llegar al centro de la presa y ver este espectáculo me dió igual la lluvia, saqué al cámara y disparé a discreción a todo aquel detalle que me era bello, con diferentes encuadres y distancias focales. Así, entre la foto de la izquierda y la de la derecha hubo otras más, con la "fabriqueta" más cerca y más lejos, los colores del bosque, el fondo del valle visto de espaldas al pantano, etc. y moviéndome algunos metros en la presa entre foto y foto.

A la hora de publicar la foto del momento dudé. Primero elegí la de la derecha, con esos colores de las hojas de los árboles, y el rojo de las hojas cubriendo el camino al borde del pantano. Pero la fabriqueta quedaba demasiado a la izquierda para mi gusto, en una composición algo extraña. La de la izquierda también estaba bien, con los diferentes colores de los árboles, las nubes bajas tapando la ladera de Les Agudes, y la fabriqueta en una posición más natural. Pero en cambio no me gustaban los árboles de la orilla.

Entonces me di cuenta que, por casualidad, ambas fotos las había hecho con la misma focal y la misma exposición, la fabriqueta quedaba a la misma altura, y además la línea que marca el horizonte estaba igual, de modo que se podían unir. Así que eso hice, unirlas, y además subí un poco la saturación de rojos, amarillos y verdes para resaltar los colores, pero sin alejarlos de la realidad. Y éste es el resultado.

Sorprendidos

Los gatos son tan extremadamente curiosos que no pueden evitar volver la mirada ante cualquier novedad aunque estén enfrascados en una de sus peleas juguetonas.

Paëlla

Para ser francesa, no tiene mal aspecto esta paella. La buena comida traspasa fronteras.

Arrumacos

Escenas como ésta te recargan de energía positiva para el resto del día.

La Maison Bleue

Es el color de la Provenza. En el interior por los campos de lavanda, y en la costa por el intenso azul del Mediterráneo.

La mesa

Sobre ella se han devorado infinidad de ternascos y se han bebido litros de vino. Ahora espera la próxima romería de la Virgen de la Peña.

El guardián

Tras la excursión por el Montseny fuimos a avituallarnos a un perdido pueblecito donde parece que el tiempo no exista. No tiene tiendas, sólo un bar restaurante. Los urbanitas podrán decir que no tiene nada, pero para mí lo tiene todo, paz, silencio y naturaleza, el lugar ideal para encontrase a uno mismo.

Es tan tranquilo el pueblo que se permiten sustituir los perros guardianes por sapos, como este ejemplar hembra de sapo común que vigilaba celosamente el portal de una casa. O quizás esperaba el beso de algún apuesto visitante que quisiera ser príncipe.

A todo esto, y en cuanto a los detalles técnicos de la foto:

• Objetivo: Tamron 18-200
• Enfoque: puntual al ojo, encuadre a ras de suelo con Live View y pantalla LCD plegada hacia arriba.
• Focal: 200mm.
• Exposición: 1/15 (gracias al cuerpo estabilizado)
• Apertura: f/6.3
• ISO 1600

En el procesado, sólo aclarar un poco por curvas (estaba algo oscuro), eliminar algo de ruido (había poco, la verdad), aplicar máscara de enfoque y un mapa de color simulando Fuji Previa 100F.

Midiendo fuerzas

Parece un cariñoso abrazo, pero realmente se están preparando para las luchas entre adultos.

Vie

La vida está presente en todos los rincones de Sault.

Como la seda

El pasado sábado, unos locos de la fotografía desafiamos las predicciones meteorológicas y fuimos a la montaña a encontrarnos con el otoño. Y ese encuentro no nos defraudó. Todo salió como la seda.

Dicho sea de paso la excursión sirvió para reencontrarme con el lugar en que tres años atrás hice las primeras fotos que realmente me gustaron, y en esta ocasión la satisfacción ha sido aún mayor. Ya lo veréis.

Alfombra amarilla

¡Qué tranquila y apacible es la vida en la montaña! Un prado primaveral en Paüls de Flamisell, en la Vall Fosca. Al fondo el pueblecito de Astell.

Fermée

Lejos del bullicio de la fiesta, dentro del pueblo, se respira tranquilidad. Hay ramitos de lavanda por todas partes.

Memoria alterada

En una de las paredes de los comedores de la casa del ermitaño en el santuario de la Virgen de la Peña en Aniés, Huesca. Me gustaría saber el por qué de la rectificación, por qué borraron parte del texto. Por esas fechas, abril del 38, una gran ofensiva de los soldados golpistas partía en dos las fuerzas republicanas.

Panorama provençal

El pueblo de Sault es como un balcón a la Provenza. Es una pena haber ido en agosto, cuando ya estaba cosechada la lavanda, aunque hacia el fondo y a la derecha de este panorama, delante del Mount Ventoux, aún se pueden ver un par de campos por cosechar.

Esperando compañero de juegos

Es curioso, pero este gato es el único de los cinco al que le ha dado por morder cosas duras. Cuando no tiene con quién jugar no duda en hincarle el diente a lo que sea.