No hay nada más bello que un atardecer rojo como el fuego. Las nubes azuladas se empiezan a teñir de amarillos y anaranjados, de repente pasan a rojo fuego y la luz se desvanece en la oscuridad del negro, sin que apenas te dé tiempo a hacer unos pocos disparos con la cámara. Y aunque uno diga "visto uno, vistos todos", estos atardeceres siempre nos arrancan una exclamación de asombro.
Precioso atardecer. Y tienes razón en que no es verdad que visto uno, vistos todos. No es verdad.
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