A los que nos gusta la fotografía, a los que nos encanta capturar instantes y meterlos en nuestras sofisticadas máquinas negras, nos atrae especialmente un momento único: el que hay entre el día y la noche. Somos capaces de vencer la fatiga e ignorar el frío para poder disfrutar de ese momento, y llevárnoslo consigo.
domingo, 6 de febrero de 2011
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