Fotografías por placer
No pudo pasar desapercibida esta mariquita. Si al menos fuera roja, como las demás...
Sin duda valió la pena el esfuerzo de la subida para llegar a este lugar. Y también el jugarme el pellejo saltando de piedra en piedra hasta situarme casi en el centro de la desembocadura del lago para tomar esta panorámica.