Lacoste es un pueblo muy pequeño que nada tiene que ver con la marca del cocodrilo, pero sí un poco con la moda, dado que su castillo, el del marqués de Sade, es ahora propiedad del diseñador Pierre Cardin. Desde esta curva se puede cenar contemplando los viñedos de la AOC Côtes-de-Luberon, y al otro la población de Bonnieux.