El pasado sábado, unos locos de la fotografía desafiamos las predicciones meteorológicas y fuimos a la montaña a encontrarnos con el otoño. Y ese encuentro no nos defraudó. Todo salió como la seda.
Dicho sea de paso la excursión sirvió para reencontrarme con el lugar en que tres años atrás hice las primeras fotos que realmente me gustaron, y en esta ocasión la satisfacción ha sido aún mayor. Ya lo veréis.