El viento empuja las nubes del frente frío y se las lleva hacia el mar, mientras el sol inunda el cielo con rayos dorados antes de dar paso a la noche.
Aprovecho esta foto para despedirme hasta el domingo o el lunes. El blog va a estar cerrado mientras estoy haciendo fotos de lugares nuevos para mí.
martes, 6 de diciembre de 2011
Cuvées
En el juego de "boules", que es una variación de la petanca muy típica de Francia, existe la costumbre de "besar a Fanny" cuando un jugador no saca ni un punto en un juego.
Se cuenta que en la región de la Saboya, poco antes de la 1ª Guerra Mundial, había una camarera de un café llamada Fanny. Por gentileza, esta camarera se dejaba besar en las mejillas por aquellos jugadores de "boules" que venían de perder sin marcar ni un solo punto. Un día, el alcalde de la población perdió y fue a pedir su "recompensa". Nadie sabe por qué, si ella tenía un contencioso con él o qué, pero Fanny se subió a una caja, se levantó las faldas y ofreció sus nalgas al alcalde. Éste, ni corto ni perezoso le plantó dos sonoros besos, y así empezó esta larga tradición. En todos los lugares donde se practica este juego hay un lugar reservado a una Fanny, ya sea de madera, de cerámica o esculpida, para que los perdedores besen sus nalgas en público. Así la recompensa se convierte en una humillación suprema para todo jugador de "boules".
Se cuenta que en la región de la Saboya, poco antes de la 1ª Guerra Mundial, había una camarera de un café llamada Fanny. Por gentileza, esta camarera se dejaba besar en las mejillas por aquellos jugadores de "boules" que venían de perder sin marcar ni un solo punto. Un día, el alcalde de la población perdió y fue a pedir su "recompensa". Nadie sabe por qué, si ella tenía un contencioso con él o qué, pero Fanny se subió a una caja, se levantó las faldas y ofreció sus nalgas al alcalde. Éste, ni corto ni perezoso le plantó dos sonoros besos, y así empezó esta larga tradición. En todos los lugares donde se practica este juego hay un lugar reservado a una Fanny, ya sea de madera, de cerámica o esculpida, para que los perdedores besen sus nalgas en público. Así la recompensa se convierte en una humillación suprema para todo jugador de "boules".
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