Los rincones del corazón de una ciudad, aquellos más antiguos y a la vez más degradados, son realmente peculiares. Ésta es una escondida plaza cercana a la catedral de Tarragona. Quiero pensar que la puerta para acceder a esos pisos está en la parte de atrás.
La primera impresion de esta foto ha sido tristeza. Buena toma!
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