Lejos del bullicio estival del centro de Montecarlo, bullicio relativo porque allí la gente es tranquila, en la plaza del Palacio la calma es total cuando ya ha entrado la noche. Tanta calma que los allí presentes ni se inmutaron cuando servidor, todo lo largo que es, fue a parar con sus huesos al suelo cuando se le enredó un pie con una de las cadenas que marcan el camino para entrar a palacio, y nadie de los allí presentes pestañeó.
Mientras la cámara quedara a salvo... :))
ResponderEliminarBromas aparte, la foto me gusta. Hay equilibrio entre luces y sombras. Por cierto... ¿había un guardia en la garita de la derecha?
Sí, la cámara se salvó por los pelos porque la levanté con la mano derecha cuando mi hombro izquierdo se estrellaba contra el suelo. Y sí, había un guardia en la garita, y otros dos en un edificio oficial que hay enfrente, y gente que pasaba por allí...
EliminarUne très belle photo et un beau bâtiment ! Belle lumière
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