Rincones sin edad que están escondidos a los ojos de los transeúntes, que sólo se nos aparecen cuando alguien decide derribar una casa. Un patio interior en el centro de Tarragona, sobre lo que hace siglos fue el circo romano y que pude fotografiar a través del hueco de la tapia de una obra.
Me encanta ese aire de decadencia y el toque de color del paraguas. Genial foto.
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