Sus compañeros ya habían partido para sus dormideros y nosotros habíamos intentado fotografiar los despegues como pudimos. Sólo quedaba éste, y nuestras cámaras estaban preparadas para captar ese momento. Estiró el cuello y empezó a batir un poco las alas, se oyeron varios pitidos de confirmación de enfoque dentro de la caseta... y el cormorán saltó al agua para salir nadando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario