Uno de los peligros de viajar en barco, a parte de los mareos para quien es propenso a ellos, es la brisa que azota continuamente las cubiertas exteriores. Es tan refrescante que si estás todo el día a sol y no has tomado las debidas precauciones lo acabas pagando. También este aire es enemigo de los peinados y hay que estar bien atento a otros efectos indeseados.
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