Fotografías por placer
La vieja Lisboa, en lo alto del barrio de Alfama, de cara al Tajo. Ella fotografiaba algo en la niebla. Yo la fotografiaba a ella. Me fui de allí sin saber quién era.
El otoño ya pasó, y el invierno ya está dando sus últimos coletazos. Atrás quedan aquellos rayos de sol que maduraban la última fruta de la temporada.
El sol se oculta tras la fortaleza de los Grimaldi. Un pequeño velero a lo lejos aún puede disfrutar de los últimos rayos.