Vas caminando a través de un espeso bosque de pinos litoral, y de repente, poco antes de llegar a la laguna, se abre el espacio y te invade la luz. Es el lugar donde se levantan los cadáveres de los árboles.
Vas caminando a través de un espeso bosque de pinos litoral, y de repente, poco antes de llegar a la laguna, se abre el espacio y te invade la luz. Es el lugar donde se levantan los cadáveres de los árboles.
Mi padre ha dedicado toda su vida a la ebanistería, y aunque yo ejerzo una profesión que nada tiene que ver con ésta, no puedo evitar pasar suavemente las yemas de los dedos sobre un mueble, o hipnotizarme siguiendo los dibujos de las vetas de la madera. Algo me habrá transmitido en sus genes, quizás.
Son tiempos difíciles y de dura competencia. No puedes despistarte ni bajar la guardia, o te quitan el sitio.