Fotografías por placer
Así es como nos hemos quedado. O nos lo hacen creer.
Afortunada el agua de lluvia que cae dentro del raíl porque llegará antes a su destino que la que tiene que serpentear entre los adoquines de las calles de Lisboa. O quizás la afortunada es ésta última porque está más tiempo disfrutando del paseo.
En alta mar hay que tener mucho cuidado con el teléfono móvil. Una llamada te puede arruinar.