Fotografías por placer
Y la luz se extinguió cuando acabó el espectáculo.
Las viejas puertas de las casas de Lisboa tienen personalidad propia. Y cada rincón de la ciudad está lleno de texturas.
La tripulación no necesitó de animadores para entretener a los pasajeros del ferry. Un grupo de bailarines amenizó la travesía del Mar Tirreno.