Fotografías por placer
Hay puentes que no unen, que no conducen a ningún lado. Quizás hay que cruzarlos, y esperar al final que llegue la otra orilla.
Nos pueden hacer tropezar, pero también nos ayudan a avanzar.
La costa de Cinque Terre, en la Liguria, es tan abrupta que la Via dell'Amore tiene que aprovechar hasta los salientes de roca suspendidos en el aire.