A veces no hace falta ir muy lejos para encontrarse con la naturaleza. Basta con bajarse en el apeadero de Vallvidrera, a una parada de la urbe de Barcelona, y adentrarse un poco en el bosque para escuchar el canto de los mirlos.
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Vallvidrera, Barcelona.
martes, 4 de junio de 2013
Auditorio
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