Estas bayas de madroño empiezan a madurar para estar en su punto en otoño. Son tan dulces que sólo con que se pasen un poco de ese punto, se inicia la fermentación alcohólica en el mismo árbol, y los animales que las coman pueden llegar a emborracharse.
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Vallvidrera, Barcelona.
miércoles, 17 de julio de 2013
Licor de otoño
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