Mientras observaba el interior de la iglesia a través del cristal de la puerta, un gato maullaba insistentemente a mis pies. En cuanto abrí la puerta el gato se coló por ella a toda velocidad. Al poco rato descubrí dónde se acomodó.
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Monticchiello, Toscana (Italia).
martes, 24 de septiembre de 2013
El gato beato
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