Parece mentira con la edad que tengo el tener que darme cuenta aquí que el respeto y desconfianza que yo siempre tuve a las alturas se convierte en pánico. Aunque parece que estoy en lo más alto de la montaña, el camino sigue subiendo, con barranco a ambos lados. Es tarde y volver por el camino recorrido no es viable, así que antes de guardar la cámara para disponer de las dos manos y así caminar con más seguridad, me dispongo a hacer este HDR de los que hace la cámara a partir de tres disparos. Abajo, muy pequeñitas, se pueden ver las vacas con las que me crucé en el camino de ida a los Bufadors.
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Santa Maria de Besora, Barcelona.
[EXIF]
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