A medida que avanzamos, el camino nos va pareciendo poco frecuentado, con muchas ramas y troncos por medio. Al poco empieza a llover... y poco más adelante la lluvia se transforma en nieve a la vez que el camino se estrecha y va ganando altura. Algo me dice que no vamos bien, y cada vez cuesta más ver qué es camino y qué no, e incluso reconocer el camino por el que hemos venido. Sin duda estamos perdidos.
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Santa Maria de Besora, Barcelona.
[EXIF]
lunes, 1 de septiembre de 2014
Perdidos en el bosque
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